Campo Integral | La Medicina Integral

El Cerebro Integral La Endocrinología Integral La Cirugía Integral El Niño Integral El Cuerpo Integral Nutrición. Cosmetología El Diagnóstico Integral, La Psicología Integral

Campo Integral

El Campo Integral es campo condicional que es matriz para todos los procesos energéticos del espacio con los que el ser humano puede entrar en interacción. Es modelo que explica todas las condiciones del cambio, que pueden ser conocidas tanto desde la posición de la síntesis, como también de la transformación, basado en los procesos físico-químicos y capaz de ser explicado según las características matemático-geométricas.

El Campo Integral está descrito por nueve condiciones de vida de nuestro espacio, proviniendo de la figura perfecta que puede existir en el espacio tridimensional, la esfera.

Para comprender el Campo Integral, uno debe aceptarlo como modelo, mandala, con el fin de conocerlo como sistema operativo compuesto de nueve procesos. Al mismo tiempo, por sí mismo, el Campo Integral no significa nada sin la aceptación de que existe. Es el plan del espacio y el plan para el manejo de las acciones. Al no tener plan de la cognición, nuestra consciencia se equivocará en las condiciones de lo objetivo y lo subjetivo. Y aquí problema incluso no consiste en la negación de algo, sino que en la negación de analizar la negación misma. Para que la experiencia sea determinada, debe generarse en el Campo indicado. Luego, la cuestión consiste en qué Campo la determina y cómo.

Lo más peligroso es echarse a responder a esta pregunta que obligatoriamente llevará a la negación, dado que uno debe saber además mantenerla en el tiempo en el que va conociéndola. ¿De qué nos sirve la determinación de Platón de la figura más perfecta, cuando sus explicaciones están equidistantes del centro? Pero la forma es plan, la forma redonda es el plan perfecto, puesto que dentro caben matemática, física y químicamente todas las leyes. Las mismas leyes que no pueden ser colocadas dentro, deberían pertenecer a otro plan, digamos, al cubo o el cuadrado, si las consideramos temporalmente, linealmente.

Es decir, podemos considerar una misma cosa desde diferentes ángulos, pero esto no debe ser declaración, sino que conocimiento del esfuerzo de las cualidades del plan. Luego todo es combinación. Un círculo descrito, que es esfuerzo, está determinado por leyes, lo que lo convierte en expresión del Campo Integral (en general) y de la Integralidad (en particular). O sea, Campo que posee todas las leyes del Campo general, pero con predominio de uno de sus nueve esfuerzos.

Este Campo debe poseer determinada masa, que nos permitirá hacer la diferencia entre estado temporal del espacial, igual que el interno del externo. Son personas aisladas las capaces de ver la diferencia entre su exterior e interior. El sistema debe ser captado, por eso aquí hablamos de los Campos. El acto de conocer, independientemente de su complejidad, debe ser percibido con simplicidad. Y con ese fin, a aquello que se está conociendo, se le asigna un Campo. Sólo algo simple se puede convertir en algo complejo, de lo contrario lo complejo llegará a ser innecesario si está fuera del Campo del conocimiento.

No importa hasta qué grado hemos aumentado la esfera, si no la hemos conocido. El aumento es cierta dinámica que ya es cuestión del ritmo. Y usando a nuestra individualidad, debemos ir conociendo fuera de ella. No necesitamos expandir los límites de nuestro ”yo”, sino que transformarlos. Por eso debemos introducir ley del conocimiento.

La ley del conocimiento es la ley del número y está bajo el dominio del Cuarto Campo Integral que ha determinado el número. El Cuarto Campo Integral representa la ley del número, debido a que empezamos por esta Campo. Podemos considerar condicionalmente a cada Campo en forma independiente y entonces esto será etapa. Igual que la vida: una etapa caracterizada por el concepto “vida”, al mismo tiempo en cualquier tipo de definiciones, donde interactuamos con aquello que está a nuestro alrededor, que a nuestro parecer, nos pertenece. Al mismo tiempo estamos en nuestro aislamiento esférico.

El hecho de que hemos reconocido el universo, no cambiará nada. Cuando la idea se construye sobre la fe, tomamos uno de los planos de existencia. Pero la fe debe dejarnos percibirla realmente y entonces iremos a otro plano diferente aceptando otros conceptos y juicios. Pero en el primer caso estamos limitados por un producto de conocimiento y en el segundo, por otro diferente. Al mismo tiempo, cuánto más nos profundizamos, tanto más vemos las limitaciones. Y si la “persona que no va conociendo” tiene claro el sentido de su existencia (puesto que se apoya en necesidades fisiológicas), pues la que conoce, no lo tiene (dado que descubre necesidades mentales).

Precisamente la comprensión del recurso de las limitaciones está en las leyes del conocimiento del Cuarto Campo Integral, donde ¡no es importante qué contiene uno, sino que qué es lo él mismo pone dentro! Los indicadores temporales relieven el hecho de la vida, pero nunca la explican. Aun apoyándonos en la comprensión familiar, no tomamos en cuenta la naturaleza del pasado, dado que se le imponen limitaciones temporales.

En general, la comprensión del Campo Integral debe iniciarse con la comprensión del Cuarto Campo Integral, cuando tenemos la cosa en sí. Es decir, la condición básica es tener cosa en sí. Y la gente en la antigüedad lo ha determinado como los cuatro Elementos. Se trata de la condición básica para la transformación mutua, donde la Tierra, el Agua, el Aire y el Fuego, no pueden existir uno sin el otro. Por ejemplo en el cuerpo humano, los huesos, la sangre, los tendones y la piel no pueden existir uno sin el otro. En su naturaleza, el ser humano está creado según la ley del cubo. Y esto es el indicador temporal. Pero le falta el quinto elemento y además debe ir al Quinto Campo. El Quinto Campo Integral presupone la presencia del Centro. Debemos además aprender a permanecer en el centro a cuyo alrededor se construyen todos los procesos.

Por eso si queremos conocer el Campo Integral, debemos comprender las leyes de su formación parcial. Si no queremos, entonces solo permaneceremos a uno de ellos, como algo abstracto, unidad dependiente de este Campo. Y digamos lo que digamos, si no comprendemos en sí las leyes del Cuarto Campo Integral, no nos hemos sacado de nuestro cerramiento individual.

Podemos hablar de las nueve esferas concéntricas de nuestro espacio: Sol, Luna, la Tierra, Saturno, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus, Plutón, pero no los entenderemos sin el centro, que es la Tierra. Es posible conocer la naturaleza que está más allá de los límites de la consciencia, sólo al haber conocido qué es esta consciencia. Para saber qué está fuera de nosotros, debemos comprender qué está dentro. Todo dentro de nosotros está en rotación, igual que los cuerpos celestes están en rotación. Es necesario comprender el plan de la rotación, de lo contrario todo será consecuencia de causas desconocidas. Por supuesto, con el paso del tiempo hemos aprendido a esperar o apresurarnos, que nos da la posibilidad de vivir no ahora, lo que significa que no conoceremos a este “ahora”. Al no conocer la causa, no podremos conocer la acción. No son importantes los dos puntos que definen el radio de la esfera, sino que el esfuerzo, que en momento lleva el conocimiento de la esfera a la forma integral. Consideramos todas las esferas y externamente todas son iguales. Como lo es igual todo el mundo, pero incluso en su percepción emocional se distingue.

Por lo tanto es importante conocer el esfuerzo. Éste tiene número. Y esto ya es plan, plan del Campo Integral, donde cada salida separada está llena de oportunidades. No tenemos presente distancia corta, pero tampoco tenemos la infinidad. Para el conocimiento, la infinidad es peligrosa. Es como una locura, es infinidad para la consciencia y finalidad en el conocimiento. Es importante conocer el conjunto. De lo contrario podemos acostumbrarnos fácilmente a una cosa, luego sujetarnos a ella y al final, atarnos.

De hecho, aun hablando del alma, la desalmamos atándola a conceptos y vivencias que en realidad no conocemos. Y esto además se convierte en herramienta para nuestra defensa de lo que no entendemos y no aceptamos. Y lo más importante es que, incluso faltan lo no entendido y no aceptado, dado que además debemos saber entender y aceptar. Es peligroso encontrarnos en contacto con acontecimientos sin conocer la naturaleza de este contacto. Debemos saber experimentar cualquier enseñanza para mantener la firmeza del conocimiento de esta enseñanza y no caer en las características comparativas y, en consecuencia, en la negación o aun peor, a la escapada. La consciencia debe comprender el proceso del conocimiento y conocer el estado de vivencia en el conocimiento.

Oleg Cherne